Parcialidad, significado que no describe y no es
perteneciente a la ciencia, sin embargo, nos vemos sumergido en el contexto
donde este se desarrolla o desenvuelve, en este mar inmundo de injusticias,
impuro al cual pertenecemos. Aunque debería ser tema viejo, el cuestionamiento
de la “Ciencia y Parcialidad” ha venido tomando auge en los últimos años debido
a los intereses de todo tipo, como: políticos, históricos, profesionales, de
etnia de género, de clase, de mérito personal, entre otros, que
actúan seleccionando tanto lo que se convierte en objeto de estudio y lo que
no, como los medios específicos que se utilizan para la obtención del
conocimiento y los que se desechan, los criterios de selección de los casos,
los resultados que se obtienen y se dan a conocer y los que, por el contrario,
se rechazan.
Desde un punto de vista crítico hay que aceptar que
la ciencia puede ser clasista, racista, genéricamente sesgada, dirigida desde
intereses financieros o desde estructuras de poder, y no solo desde la
aplicación de los resultados sino desde el marco conceptual en el que se
produce, aunque su construcción social la rodee, junto a sus practicantes, de
una aureola de responsabilidad, compromiso social y neutralidad.
Cambiar el marco conceptual de partida es necesario
pero no suficiente porque, aun modificando el paradigma para intentar
comprender, entender y sortear los juicios de valor, no se puede evitar de
ninguna manera ser quienes somos. Asumámoslo y mantengamos una actitud crítica
y vigilante en nuestro quehacer científico, en nuestro quehacer diario. Los
sesgos existen, tratemos de ser conscientes de ellos para descubrirlos y
mantenerlos, en la medida de lo posible, bajo control.
Analizaremos la parcialidad de la ciencia en tres
contextos distintos :
- El Fragmento JFK.
- Informe de Vannevar Bush.
- Amor y Otras Drogas.
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